Un lugar imprevisible

Lugar: ex Parakultural (Venezuela 336).

Si hay un emblema del under de los 80, ese es el Parakultural. Espacio multipropósito (se diría hoy) en el que cualquier cosa podía pasar. Ahí se produjeron algunas de las innovaciones teatrales más potentes de la década, con artistas como Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Las Gambas al Ajillo Humberto Tortonese, Susana Cook y Los Melli.

Pero por el sótano alquilado por Omar Viola y Horacio Gabin en el edificio donde hoy funciona el Sindicato de Encargados (Suterh) anduvieron también algunas de las bandas más importantes de la escena del rock, como Los Violadores, Sumo, Los Redondos, Todos Tus Muertos, Los Fabulosos Cadillacs, Virus, Celeste Carballo, Trixy y Los Maniáticos, Comando Suicida o Don Cornelio y la Zona, entre muchos otros.


La regla en el Parakultural era la falta de reglas, una libertad absoluta cercana al descontrol que cada tanto recibía las visitas intimidantes de la policía. “Era un sótano lleno de humedad, pero que tenía mucha magia y un poder especial”, recordó Omar Viola en La Nación muchos años después. “Se vivía como un destape, porque había mucha necesidad de expresión. Veníamos de mucho tiempo de represión y el lugar era un espacio para la libertad total. Me acuerdo que al mes de haber abierto tuvimos la propuesta de Poli y Skay, que querían tocar con los Redondos. Siempre fuimos un foco de atracción a todo lo nuevo, porque era un lugar imprevisible, llevado al extremo, donde pasaban cosas brutales todo el tiempo”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario