¿Cómo no arrancar la enumeración con “San Telmo”, el minitema que los
Redondos incluyeron en Lobo
suelto/Cordero atado que tiene una cita de "Héroe del Whisky"? Se
puede seguir por “No te mueras en mi casa” de Charly García (“No sé qué mierda
pasó en San Telmo…”), “San Telmo Harlem” de Javier Martínez o “139 Lexatins” de
Fito Páez (“estoy bien, estoy feliz, tengo miedo, San Telmo sin
ti”) o “Uriel,
de San Telmo a Salsipuedes” (Hilda Lizarazu).
También de aquellos que caminaron, y mucho, las calles del barrio, como
“Cinco Magníficos” de Sumo (“Y yo soy artesano, y por San Telmo voy, pero en
realidad soy de Chivilcoy”), “Sir Margarita Yourcenar” de Celeste Carballo (“Cuánta muerte hay por San Telmo. Cuánta vida quedará”) o “Mariscal
Tito” de Bersuit (“Sos un repartidor del Dios que amamos paseando por
San Telmo”).
En los 90 y 2000, el barrio ofreció un circuito de bares
y tugurios en los que surgieron o se consolidaron decenas de bandas. Por ahí
pasaron Los Piojos (“Genius”: “desde Holanda vino el bohemio y te cruzo en San
Telmo”), Callejeros (“Tratando de olvidar”: “Estoy tan lejos tratando de
olvidar que nos conocimos en San Telmo”), Jóvenes Pordioseros (“Maldito
San Telmo”), La 25 (“Hacelo de nuevo”: “En San Telmo ayer perdí pero mañana iré
por más”), La Perra que los Parió (“Candombe de la tarde”: “Por San
Telmo voy recordándote”), Sancamaleón (“Iggy
Pop de San Telmo”) o De la Gran Piñata (“De bar en peor”: “En San Telmo resbalé,
cáscara de bandoneón, y de jeta al piso”).
Además, claro, está en el título de un disco: El marajá de San Telmo, un EP de Panza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario